Porque la decoración minimalista es una opción elegante y atrevida, clásica e innovadora, sobria y de una ambición ilimitada.
Si estás pensando en una reforma integral, la decoración minimalista es una de tus mejores alternativas. Se trata de un estilo que se retrotrae al Nueva York de la década de 1960 y que hace suya la máxima de referentes del buen gusto como Beau Brummell y Buckminster Fuller de que menos es más; huye así de todo exceso y barroquismo. Sus grandes virtudes son el equilibrio, la funcionalidad y el gusto por los detalles. La decoración minimalista refleja una apuesta por la innovación que rentabiliza al máximo los espacios, la luz, el estilo y la geometría. Se caracteriza por un magistral y sutil empleo de las proporciones, a juego con materiales exquisitos como el mármol o maderas nobles y con muebles modernos.
Se trata de un diseño de calidad, en el que cada pieza juega un papel fundamental en el resultado final; todos los elementos se combinan entre sí, dando lugar a una unidad perfecta. Busca una tonalidad neutra y tranquila que invita al confort y que aporta una nota de frescura con ventanas amplias y vegetación; a la vez huye de la saturación y toda contaminación visual innecesaria. Ha sabido inspirarse en principios decorativos tanto orientales como noruegos, pues su simpleza le otorga una gran flexibilidad en este sentido.
Estos interiores invitan al estudio, la concentración y la calma, son la antítesis de un mundo de estrés y alteraciones constantes. Es la decoración perfecta para conseguir un entorno de trabajo ideal, así como un hogar donde poder descansar. Todas estas virtudes explican que la decoración minimalista goce de muy buena salud a pesar de tener ya más de medio siglo de historia que avale su trayectoria.